Fuente la Lancha, al tener una situación geográfica muy cercana a la provincia de Badajoz, ciertamente comulga con algunas tradiciones o costumbres autóctonas de la región extremeña, pero, a la vez, no deja de guardar sus motivaciones festivas eminentemente andaluzas (al fin y al cabo, está dentro de la provincia cordobesa), gozando por tanto de un folklore y unas tradiciones festivas muy peculiares y sugerentes, que hacen de este pueblo de los Pedroches un lugar eminentemente interesante en todo lo referido al tema de sus costumbres y celebraciones festivas.
Tristemente, en la actualidad, muchas de las tradiciones folklóricas de Fuente la Lancha, arraigadas en el pueblo a lo largo de siglos, van paulatinamente desgastándose, debido a los zarpazos de la corrupta modernidad que, día a día, va empobreciendo las raíces culturales de los pueblos poniéndoles como modelo el mimético y vacío modo de vida que tienen las grandes ciudades. Hoy en día, la juventud tiene, ciertamente, muy escaso apego a la memoria colectiva del lugar donde vive, y así las bellas y hermosas tradiciones, sobre todo folklóricas, siguen guardando su lejano sabor gracias a las gentes de avanzada edad que, aún, luchan por que el carácter del pueblo siga incontaminado, apegado a unas raíces culturales y festivas que, volviendo a insistir en ello, van desgastándose a medida que va avanzando el tiempo.
Aún se conserva en Fuente la Lancha, dentro de sus raíces folklóricas, la denominada “Jota de las aceitunas”, aunque, por desgracia, debido al desinterés de la juventud por el pasado, sean tan sólo unas pocas señoras de edad quienes aún saben bailarla. También a pesar de ser un pueblo próximo geográficamente a Extremadura, hay gran afición al flamenco, a las sevillanas, y, por supuesto, a las saetas cuando llega la Semana Santa.