Se celebra el domingo siguiente al jueves que corresponde. Los vecinos salen desde la plaza del pueblo en procesión por las calles de la localidad, donde el Párroco, acompañado de los niños que durante ese año han hecho su Primera Comunión, bajo palio, porta la custodia deteniéndose en las distintas mesas engalanadas, que los vecinos con mucho esmero previamente montan y adornan en las puertas de sus casas.

   Las calles por las que discurre la procesión están cubiertas con juncia. Finaliza en la Parroquia de Santa Catalina para celebrar la Santa Misa.